Análisis
táctico.
Como ya nos pasó en anterior partido,
esta vez también hubo una diferencia clara entre el juego desplegado en la
primera parte y la segunda parte. El partido lo empezamos bien, con dos o tres
ocasiones claras que fallamos, incluso un gol anulado por fuera de juego. Fue
al encajar el primer gol cuando empezamos a jugar nerviosos, quizás por saber
que si ganábamos nos poníamos terceros nos entró un pelín de ansiedad. Basamos
todo nuestro juego en tirar pases verticales a los de arriba sin elaborar la
jugada, como si quedara poco tiempo para remontar. Esa misma ansiedad fue la
que nos hizo descentrarnos en defensa y encajar el segundo gol. Ni con la
expulsión de su portero, pudiendo jugar quince minutos de la primera parte con
uno más mejoramos el juego.
La verdad es que al descanso la cosa
pintaba mal. Necesitábamos tres goles para remontar, ya que en ese campo solo
nos valía ganar. No me quedó otro remedio que meter una gran bronca, no solo
por el mal juego, sino porque también íbamos con miedo a los balones divididos.
Pese a la dificultad de la situación yo no dudaba lo más mínimo que este equipo
le daría la vuelta al partido, y con la mayor de las fuerzas se lo transmití al
grupo. Sin duda el equipo reaccionó y pese a las pérdidas de tiempo constante y
patadas del equipo adversario en veinte minutos ya íbamos por delante en el
marcador. Tal y como hablamos, una vez metiéramos el primero los demás caerían
por su propio peso.
Y esa remontada fue gracias al juego
colectivo, gracias a no caer en la “marrullería” de partido que quería plantear
el rival, gracias a creer en el equipo. Nunca me gusta destacar a un jugador
por encima del grupo, pero en esta ocasión lo haré porque está un poco bajo de
autoestima.
Con la salida de Miky tras el descanso el partido cambió. Él mismo
provocó el penalti del primer gol, empató el partido y nos dio mucha más
profundidad y peligro en ataque. Esto lo resalto para que el mismo vea de lo
que es capaz. Pero no debemos olvidar que la remontada fue mérito de todos. En
lo que también fallamos es que una vez nos pusimos con dos goles de ventaja,
debimos cerrar el partido manteniendo la posesión, y no llevándolo a un juego
de ida y vuelta que nos perjudicó, poniendo el rival a un gol y acabando
sufriendo.
Aspectos
psicológicos y motivacionales.
No debemos jugar con ansiedad porque
ello solo nos perjudicará. No hay que obsesionarse con la clasificación,
tenemos que tener claro cual era nuestro objetivo en septiembre. Nuestro objetivo
era quedar entre los seis primeros y de momento lo estamos. Si en mayo podemos
optar a algo más ya lo lucharemos en su momento. Ahora debemos ir paso a paso,
partido a partido, sabiendo que todo cuesta mucho. Si actualmente vamos
terceros es porque nos lo hemos ganado a pulso, pero en el fútbol un día estas
arriba y otro abajo, así que mientras menos euforia mejor. No perdamos la
humildad, ni nos quitemos el mono de trabajo.
El próximo partido es contra la Trinidad , que también es
un rival “marrullero”. Tal y como ha destacado muy bien Víctor en la crónica,
lo mejor es pasar de todo, jugar al fútbol, y meter goles. Para lo demás ya
tenemos a un árbitro que impartirá justicia. Lo que debemos hacer es caer en su
juego y mucho menos tener miedo. Habrá que ir muy fuerte al balón, porque ellos
irán muy fuertes y si vamos flojos nos harán daño. Pero eso no quiere decir
hacer faltas, ¡que se entienda bien! Por lo demás siempre mirar por el bien del
equipo por encima del de uno mismo y ¡a por ellos!
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